Relajación vs estrés

A veces no nos damos cuenta a la velocidad en la que vivimos, el grado de estrés o ansiedad a la que nos sometemos por ese afán de ser multitarea.

La ansiedad es una emoción que nos ha acompañado en nuestra evolución, como un componente esencial de nuestro repertorio de reacciones adaptativas que permiten nuestra supervivencia. Pero la mera supervivencia no garantiza la paz mental ni la satisfacción personal.

La presencia de un nivel de ansiedad apropiado resulta beneficiosa y favorece nuestra adaptación al medio; por el contrario, la ausencia de esta emoción ante situaciones o circunstancias ambientales concretas, situaciones que conllevan un cierto nivel de estrés o peligro, nos supondría una desventaja. Por otro lado, la presencia de un nivel excesivo, prolongado o inadecuado de ansiedad conduce, de igual modo, a una situación de desadaptación, hablamos entonces de estrés o ansiedad patológica.

La frontera entre lo que podemos considerar un estrés normal y ansiedad patológica viene determinada en gran parte por el nivel de funcionamiento de la persona que la sufre. El estrés es tal que no permite dar una respuesta apropiada al estrés de la vida diaria, laboral o de las relaciones, se necesita ayuda, aunque ésta no tome necesariamente la forma de medicación.

Señales de estrés patológico, problemas estomacales y digestivos,  estreñimiento, problemas para conciliar el sueño, problemas para establecer relaciones duraderas, falta de concentración y menor desempeño en cualquier función ejecutiva, ausencia de creatividad, sexualidad pobre o insatisfactoria, etc..

Cuando estamos relajados somos capaces de ser, disfrutar y alegrarnos sin razón aparente. Es un estado de calma interior que hay que cuidar cada día, más que describirlo, te invito a experimentarlo.